Jeff Jarvis, uno de los periodistas más influyentes de Estados Unidos, ha dedicado más de 50 años de su carrera al periodismo, trabajando en diversos medios y publicando numerosos libros. Además, ocupa el cargo de profesor y director del Centro Tow-Knight para el Periodismo Empresarial en la Escuela de Graduados de CUNY en Nueva York. Su trayectoria lo convierte en una figura clave en la discusión global sobre el futuro de los medios y las tecnologías emergentes.
En los últimos años, Jarvis ha profundizado en el potencial de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito del periodismo. Ha sido parte de audiencias ante el Senado de Estados Unidos, donde ha debatido sobre el impacto de la IA en la profesión. También ha dado conferencias sobre las oportunidades y desafíos que esta tecnología representa para el ecosistema mediático. Su más reciente libro, The Gutenberg Parenthesis: The Age of Print and Its Lessons for the Age of the Internet, establece un paralelismo entre el impacto de la invención de la imprenta y el de la IA.
El Observatorio para la Innovación de los Informativos en la Sociedad Digital (OI2), en su misión de investigar las últimas tendencias en el entorno comunicativo, considera esencial escuchar a voces destacadas como la de Jarvis. En este sentido, su participación en el podcast Redacciones5G, producido por Telecom Argentina, resulta relevante. En el episodio, Jarvis dialogó con los periodistas Irina Sternik y Eduardo Aguirre sobre su libro y el futuro del periodismo en la era de la inteligencia artificial.
Imagen 1. Podcast Redacciones5G. Fuente: Spotify
Una de las principales reflexiones de Jarvis durante la entrevista fue que el periodismo está entrando en una nueva era, pero esto no implica necesariamente el fin de los medios impresos. Según Jarvis, aunque la IA está cambiando profundamente el panorama mediático, hay un paralelo con lo que ocurrió en el pasado con la invención de la imprenta de Gutenberg.
Señaló que, al igual que la imprenta revolucionó la comunicación en su época, la IA está remodelando el campo del periodismo. “Tomará tiempo conocer las implicaciones de la IA, pero sí creo que hay lecciones que aprender en cómo la sociedad entró en la era de la impresión.”
Jarvis también reflexionó sobre el concepto de «contenido», una noción creada durante la era de Gutenberg, que transformó el periodismo en una industria de producción masiva de información. Según el periodista, la concepción de crear «contenido» como una mercancía para llenar publicaciones como libros, revistas y periódicos, ha quedado obsoleta.
En su visión, la IA ha demostrado que hacer contenido no es una actividad única de los humanos, ya que las máquinas también pueden producirlo. ¨Si en cambio nos identificamos en el negocio de servir a las comunidades y aportar valor a sus miembros y a sus vidas, entonces creo que tenemos un futuro¨.
Sobre el futuro del periodismo, Jarvis advirtió que aferrarse a viejos formatos es inútil. Aunque hay oportunidades en las herramientas tradicionales, el verdadero futuro está en aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial.
Sin embargo, Jarvis expresó su cautela. Reconoció que, aunque está intrigado por su potencial, es importante no dejarse llevar por el entusiasmo. «Creo que la IA ha sido exagerada hasta ahora», comentó. «Es una herramienta increíble, pero debemos ser conscientes de sus limitaciones». Subrayó que la IA no posee un entendimiento real del significado, la verdad o los hechos, y aunque no miente, carece de la capacidad para discernir lo que es cierto y puede contener sesgos de quienes la entrenan.
No obstante, Jarvis también destacó los usos positivos de la IA en el periodismo, como su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos o para facilitar traducciones. «Creo que necesitamos ser creativos pero cautelosos en como abordamos el uso de la IA», concluyó, haciendo un llamado a los periodistas para que exploren el potencial de la IA, pero siempre con un enfoque ético y crítico.
En resumen, el futuro del periodismo, según Jarvis, pasa por adaptarse a las nuevas tecnologías sin perder de vista los valores fundamentales de la profesión. La inteligencia artificial, lejos de ser una amenaza, podría convertirse en una poderosa herramienta para mejorar el servicio a las comunidades, siempre y cuando se use con prudencia y responsabilidad.